domingo, febrero 28, 2010

In red


In red, originalmente cargada por iblitz.

Por Iblitz. Manifestación en Valenica contra el proyecto de subir la edad de jubilación del Gobierno ZP.

martes, febrero 23, 2010

Dados.... Robótica de la atención


Asimov nos legó la tres leyes de la robótica:

1.-Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
2.-
Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
3.-
Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

Así pues, dados un mundo donde "Ser humano" fuera igual a Empresa contratante y "robot" igual a empleado contratado, y si en dicho mundo cuando los empleados ficháramos la entrada al curro se nos activara un chip para aplicar al pie de la letra protocolos de atención y demás, chip que pudierámos desactivar al fichar la salida, y dando por supuesto que dicho chip no desactivara nuestra empatía, capacidad de resolución, sonrisa e inteligencia inmediata, qué pasaría, dime, como se podría "proteger la propia existencia" sin entrar en conflicto con la primera y segunda ley?

viernes, febrero 19, 2010

Carnaval?


en el curro, después del Miércoles de Ceniza. Facil, rápido, algo de fantasía para el Ayuno.

miércoles, febrero 17, 2010

Obituarios, efemérides e hipocresías varias



Leo en el Levante que tal día como hoy falleció Molière en 1673. Los actores no podían ser enterrados en tierra consagrada, pero por voluntad del Rey Jean-Baptiste Poquelin, Molière, fue sepultado con nocturnidad en la zona del cementerio reservada a los niños no bautizados. ¿Era, pues, tan inocente como los inocentes muertos sin librarse de la mancha del pecado original?.

..no hay un alma mínimamente elevada que desee una estimación tan prostituida, y la más gloriosa y seducida por tales regalos, no se siente complaciente cuando se ve mezclada con todo el universo. La estimación tiene como base alguna preferencia,y estimar a todo el mundo es no estimar a nadie

miércoles, febrero 10, 2010

Doomed


Creo que fue Sartre quien dijo que estamos condenados a la libertad. Esa es la frase que me vino a la cabeza cuando leí sobre el 50 aniversario de la muerte de Camus. Condenados a ser libres. Lo que parecía el don que nos unía a la divinidad para los existencialistas se convertía en una terrible carga. El libre albedrío como maldición. Pero siempre es preferible a la alternativa: la vacuidad o la sumisión a la voluntad del otro. Y pienso en la forma tan extrema en que Camus supo expresarlo en "El Extranjero" y en su "Calígula", que hoy se extrena en el Teatro Talía. Y que el sábado volveré a ver sin poder evitar -seguro- añorar a Rodero.

Y va de citas: Dice Calígula

"Por fin entiendo la utilidad del poder. El poder brinda una oportunidad a lo imposible. A partir de hoy y en lo sucesivo, mi libertad dejará de tener límites."

Acaba de salir de una extraña enfermedad y ahora nos aparece ansioso, enfermo de lucidez y egoísmo. Más tarde le replica Cesonia,
"..pero eso es igualarse a los dioses. No conozco peor locura"
¿Locura? Soberbia diría yo.Quereas es su Némesis:

"No es la primera vez que un hombre dispone en Roma de un poder sin límite, pero sí es la primera en que lo utiliza sin límites, hasta el punto de negar al hombre y el mundo. Eso es lo que me aterra de él y lo que quiero combatir"


Elijamos.

viernes, febrero 05, 2010

Relectura y cita. Salinger



Lo que se subrayó en su momento, lo que se temió entonces, lo que te llama la atención ahora:

Jesuscristo me cae bien, pero con el resto de la Biblia no puedo. Esos discípulos, por ejemplo. Si quieren que les diga la verdad, no les tengo ninguna simpatía. Cuando Jesucristo murió no se portaron tan mal, pero lo que es mientras estuvo vivo, le ayudaron como un tiro en la cabeza. Siempre le dejaban más solo que la una.


El Guardian entre el centeno, J.D.Salinger. Alianza editorial, pag 111, Madrid 1991

En cierto modo, la gorra de caza me protegía bastante, pero aún así me mojé. No me importó. De pronto me sentía feliz viendo a Phoebe girar y girar. Si quieren que les diga la verdad, me sentí tan contento que estuve a punto de gritar. No se por qué. Sólo porque estaba tan guapa con su abrigo azul dando vueltas sin parar. ¡Cuánto me hubiera gustado que la hubieran visto así!

Idem, pags 223-224