Siguiendo con tachados. Esta mañana he descubierto la obra de Escif, cerca de la plaza de Espartero, no ya tachada, sino tapada con negro betún. No cubierta la pieza -si hubieran sido los vecinos, quizás hubieran simplemente pintado encima-,sino destruida con ganas anulando rostros y quitándole el alma y la firma. Una calle que ni siquiera es fea -eso aún le daría algo de carácter-, sino sólo una olvidada y ajada recta entre dos puntos, ganaba significado y memoria con los trabajos de Escif. Ahora sólo hay manchas y rabia, y la misma suciedad y dejadez de siempre. No, no creo que hayan sido los vecinos. ¿A qué obecede ésto?
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