Quizás con lo que disfruté de Padre Lucifer y de los frentes abiertos tan interesantes que dejaba pendientes, mis expectativas eran demasiado altas. La verdad que las lineas argumentales han confluido y se han resuelto de forma más o menos convincente, pero no me ha gustado tanto como el anterior volumen. Quizás merezca una segunda lectura. Dos cosas me molestan, por otra parte. Una irracional: no entiendo qué necesidad había de resucitar y desmerecer a Miguel Demiurgos por tan poco papel, a no ser que Holly Black se lo reserve como comodín, lo que visto lo visto, no me tranquiliza. Miguel Demiurgos es mi personaje favorito de ciclo de Carey. Aunque solo cubra la mitad, él sigue presente en su hija, Elaine Belloc. La segunda es algo más objetiva. Habrá quien lo encuentre ocurrente o divertido, pero tampoco veo por qué si Lucifer ha de buscar aliados entre los magos y la elegida es una mujer, ésta sea un burdo remedo de John Constantine con notas propias a penas remarcables. Me molestan estos "homenajes guiños". Creo que se pueden crear personajes femeninos fuertes con entidad propia sin acudir a un reverso masculino. Por lo demás, los dos primeros episodios son dos divertimentos navideños entretenidos, el rescate irreverente del corazón de Gabriel es un punto a favor teniendo en cuenta que acabó en manos del Primero de los Caídos en el Hellblazer de Ennis, y en general, el tomo se lee bien. Nada más.
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