martes, enero 19, 2010

Ángel exterminador.




Solomon Kane se cruzó de brazos y, con tono sombrío, dijo:
"No soy ningún esclavo para haceros de carnicero".

La Unica Mancha, R.E. Howard
El pasado miércoles fui con una buena amiga a ver "Solomon Kane", dirigida por Michel J. Basset y cuyo guión es una precuela a los propios textos de R.E. Howard en los que se basa. Al parecer, seguirán dos más. Y yo me alegro. Se dirá que su argumento tiene más agujeros que un gruyère, pero a mi ya me va bien. Es un peli oscura y dinámica en una Inglaterra fantástica y tenebrosa. Estoy segura de que se podría haber sacado más partido, claro. James Purefoy lo borda. Un pacto del que el protagonista es ajeno ha condenado su alma aunque el tipo ya la había perdido de sobra antes. Por eso, al contrario de lo dicho por algún crítico, no resulta tan inversosímil o extraordinaria la conversión de Kane y el empeño que pone en su redención -vista la alternativa, el incentivo es más que poderoso. Pero un personaje que encuentra su hogar en la batalla no puede ser un hippy iluminado durante mucho tiempo. Aquí tenemos el nacimiento de un ángel exterminador. No es un simple justiciero y es en su dilema donde la peli más fiel se muestra a Howard.

No hay comentarios:

Publicar un comentario