Morirse de aburrimiento no era una opción. Y Charlotte Usher ya estaba muerta. Tamborileó sus finos dedos sobre la mesa, impasible, y se desplazó en su silla de oficina de tres ruedas a un lado del cubículo y luego al otro, estirando el cuello por así obtenía mejor perspectiva del pasillo.
-Esto no es vida .-gruñó Charlotte lo bastante alto para que Pam y Prue, que ocupaban sendos cubículos cercanos, la oyeran.-
Ménuda broma. Te mueres y sigues enganchada a un plantronic.
El cielo no puede ser una plataforma telefónica
se escandaliza la pobre. Porque se supone que ¡es cielo! Cómo ya la has palmado, Chart, quizás deberías buscar la puerta al Infierno. O ya puestos, al Purgatorio. Con Dean y Castiel por allí... Lo que sea a pasarse toda la eternidad atada al teléfono.
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