Esta Ophelia no es una dulce doncella que se recuesta, rodeada de flores, en un lecho de agua buscando el alivio del reposo. No. El dolor de la pérdida no se disolvió en inconsciencia delirante en la mente de la Sudes de este episodio de Criminal Minds, sino que se incubó en la oscuridad sin sueño ni olvido y la convirtió en una mantis psicótica porque: "pobres ignorantes, el abismo está a un suspiro"
De nuevo, la exquisita dirección de Matthew Grey Gabbler (mi querido Dr. Spencer Reid) suple las posibles carencias de guión y encandila con su ritmo pausado y sereno incluso en los momentos más inquietantes. Nunca cae en lo noño o facilón. ¿Original? Tampoco.Ni falta que hace.
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