que al final de la historia, y no como dice la canción, a Guy Fawkes le ahorcaron. En Inglaterra se siguen quemando imágenes de Ray Fawkes con alegría y fuegos artificiales todos los cinco de noviembre. Por ejemplo, recuerdo que de esta celebración es asistente accidental, en Oxford, el protagonista de "Todas las almas" de Javier Marías y es también de una de estas hogueras de dónde Holmes rescata a Watson en el primer capítulo de la tercera temporada de Sherlock. El giro genial que Alan Moore supo darle a la "Conspiración de la Pólvora" y el fracaso de la lucha violenta contra la represión religiosa en la Inglaterra jacobina no cambia lo sucedido, pero sí reivindica, sin moñerías, la figura de Fawkes dándole un significado nuevo y esperanzador a esta cadena de traiciones. Solo por la magia del poder simbólico que alcanzan algunas figuras incluso se pueden ganar batallas, como El Cid, tras la muerte. Exageración, interpretación, verdad o mentira, esa es la fuerza de las buenas historias, que acaban convirtiéndose en mitos y nos dan fuerza y espejo.
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