My rating: 4 of 5 stars
Aunque, por momentos. puede hacerse repetitivo por el abuso del ingenio, que siempre ha sido uno de los puntos fuertes del autor, en la descripción del origen y resultado de la burbuja inmobiliaria y sus consecuencias en la trágica crisis de la que no acabamos de salir, se comprende por el grado de indignación que es imposible no compartir. La historia consuela por lo que tiene de redención en la figura del profesor Urbano que nos encarna un poco a todos. Ojalá fuéramos tan autoconscientes y valientes como para escupir al diablo en la cara.
Por otra parte, he disfrutado con el juego metaliterarios de la historias que el profesor Urbano idea y comenta que nunca escribirá y que Benjamín Prado sí escribió y publicó en "Qué escondes en la mano"
En cuanto a mí, no era necesario ser muy listo para darse cuenta de que había hecho lo mismo que todos los que venden su alma al diablo, persuadirme de que al final lo engañaría.
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