My rating: 5 of 5 stars
Es extraordinario cómo los años en los que tardó en terminar este poema, siete, no se reflejan en absoluto en su lectura. Pese a sus digresiones autobiográficas, referencias constantes y su peculiar humor, la historia tiene una coherencia perfecta. Quizás, porque como él mimo dice, sus Oneguin y Tatiana ya existían vivos, trágicos y eternamente descontentos desde el momento mismo en el que los concibió. Como Bécquer, que su prólogo a Rimas y Leyendas escribe "Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo", Alexander Pushkin habla así de su personajes al final de su obra:
"Mucho tiempo
ha transcurrido desde cuando
Oneguin junto con Tatiana
se me vinieron en un sueño
y vislumbré entre las brumas,
tras mágico cristal, mi obra,
esta novela libre mía"
Son creaciones, inspiraciones que de la mente pasan al vida a través de la magia de las palabras.
En cuanto al argumento, nada diré, salvo que su devenir es extrañamente verosímil y desesperado. Y es esa sociedad mundana objeto de sus pullas la que mata no solo el amor, sino el menor atisbo de amistad verdadera.
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