My rating: 5 of 5 stars
Ha coincidido sin yo quererlo que empezando a leer este libro se cumpliera el aniversario del fallecimiento de mi padre. Y ha sido extraño ver de qué diferente forma se puede encarar el duelo, y qué idea tan distinta se puede tener sobre el pudor a la hora de retratar a alguien a quién sin duda quisiste mucho, aunque la autora, respecto a su padre, no utilice explícitamente la palabra amor. Tampoco hace falta.
Tras la muerte de su padre la autora necesita escribir sobre él, y por tanto también sobre ella, y la distancia que se abrió entre ambos cuando la formación, la educación permite a la hija realmente elegir. Lo intenta, pero en este deseo de preservar al padre, descarta pronto la novela, y opta pues por esta crónica retrato escrita en un lenguaje directo, sin florituras, con cursivas que enfatizan palabras y frases clave y genuinas porque nacen de los protagonistas y los definen sin necesidad de más explicación. Vemos aquí que la conciencia de clase es más bien el descontento de clase, la lucha por el ascenso, pero sin verdadera ambición, el orgullo en una resignación que se finge dignidad.
El libro está maravillosamente escrito. Nada falta ni sobra, y la razón del título -el lugar- queda perfectamente clara.
#LeoAutorasOctubre
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