miércoles, febrero 10, 2010

Doomed


Creo que fue Sartre quien dijo que estamos condenados a la libertad. Esa es la frase que me vino a la cabeza cuando leí sobre el 50 aniversario de la muerte de Camus. Condenados a ser libres. Lo que parecía el don que nos unía a la divinidad para los existencialistas se convertía en una terrible carga. El libre albedrío como maldición. Pero siempre es preferible a la alternativa: la vacuidad o la sumisión a la voluntad del otro. Y pienso en la forma tan extrema en que Camus supo expresarlo en "El Extranjero" y en su "Calígula", que hoy se extrena en el Teatro Talía. Y que el sábado volveré a ver sin poder evitar -seguro- añorar a Rodero.

Y va de citas: Dice Calígula

"Por fin entiendo la utilidad del poder. El poder brinda una oportunidad a lo imposible. A partir de hoy y en lo sucesivo, mi libertad dejará de tener límites."

Acaba de salir de una extraña enfermedad y ahora nos aparece ansioso, enfermo de lucidez y egoísmo. Más tarde le replica Cesonia,
"..pero eso es igualarse a los dioses. No conozco peor locura"
¿Locura? Soberbia diría yo.Quereas es su Némesis:

"No es la primera vez que un hombre dispone en Roma de un poder sin límite, pero sí es la primera en que lo utiliza sin límites, hasta el punto de negar al hombre y el mundo. Eso es lo que me aterra de él y lo que quiero combatir"


Elijamos.

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