De las últimas historias que de la extraordinaria Amélie Nothomb he leído, este Diario de Golondrina me ha impresionado especialmente y os la recomiendo. Concisa, extraña, vivaz... Como esas precisas sentencias que hace pronunciar a sus personajes, da igual el tema de las mismas, o que resulten de perogrullo, irritantes, absurdas, surrealistas, certeras, cómicas -virtud que siempre se agradece-, o simplemente sabihondas... siempre son producto de una inteligencia espontánea, intuítiva y nada pedante que resulta admirable y/o envidiable. ¿Realmente le resulta tan fácil?
"Todo eso confirma mi metafísica. El cuerpo no es malo, el alma sí lo es. El cuerpo es sangre: es puro. El alma es el cerebro: es grasa. La grasa del cerebro inventó el mal.Ahí queda eso
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