sábado, mayo 22, 2010

¿Leones, qué leones?


De acuerdo con mi apreciado Carlos Boyero con que quizás no era necesario otro Robin Hood de cine, deacuerdo también con él sobre el exceso de metraje y la inanidad del guión (¿no os ha recordado, salvando todas las distancias, al Retorno de Martin Guerre?). Sin embargo no me fatigan, ni creo que me fatiguen nunca los registros del señor Crowe, por el que siento una terrible debilidad. Dicho ésto, además de la crítica de Boyero, he leído también sobre la oportunidad política de la peli, en un contexto de una crisis económica ocasionada por la avaricia de los poderosos, y que ahora debemos abonar las víctimas. En fin, puede ser. En cualquier caso, yo, que aún no se si me encuentro entre los corderos o entre los aspirantes a león, cuando miro a mi alrededor -aparte del importante cabreo- me dan más bien ganas de llorar.

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