Cuando lo compré, me dijeron que era fácil, estiramientos y práctica de la respiración. Una especie de yoga suave a la occidental. Pues no. Mi monitora ya me lo aclaró. Con este método tenemos que coordinar y mover todo el cuerpo, al tiempo que controlamos la respiración, y todo ello sin prisas. Tenemos que concentrarnos mucho. Es difícil, doloroso, complicado, pero efectivo sin duda. Como una vuelta a las clases de gimnasia del colegio, pero con sentido y mucha más sensibilidad. Aunque para mí, lo más complicado es no partirme de risa cuando me proponen una figura. Espachurrada sobre la colchoneta ejercito los abdominales sí, pero poco más. De hecho, investigando más, lo evidente es que no es una práctica para personas sedentarias, si no más bien enfocada a personas en buena condición física. En fin, todo es empezar. Compaginaremos el pilates con otra cosa. Para no ahogarme y poderme mover media hora despues.
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