Encantada como estoy con la serie Justice League Dark (dentro del rescate por parte del Universo DC de sus personajes perdidos en el subsello Vértigo), el número 5 me reafirma en mi fe en la inteligencia de Peter Milligan y su perfecto conocimiento de los personajes con los que trata. Y así -OJO SPOILER-, será Constantine, quien atraído al montaje de Xanadú por los apuros de Zatanna, el encargado de lavar la ropa sucia. Y es él quién de nuevo asume la decisión más práctica, la más dura y dolorosa, la más difícil, la más eficaz. Es su fuerza y su desgracia. Ni siquiera Deadman es capaz de poseerle y cargar un microsegundo con la pesada carga de su conciencia.
Como dice el título: uno de nosotros ha de morir y no será John Constantine.
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