¿Para qué más?
Sherlock Holmes, códigos, libros, Ian Banks y graffitis, ¿para qué más? Acabo de terminar el segundo capítulo de la primera temporada de Sherlock: "El banquero ciego", una excelente versión de la aventura de los bailarines. Lástima que se haya omitido la referencia al peligro de lo grotesco, referencia que aunque pertenece a una de las últimas aventuras del Gran Detective (El Pabellón Wisteria, de su Último saludo), obviamente alude a muchos de los casos hacía los que éste se vio atraído y que resolvió, a veces sin poder evitar la desgracia para los implicados. Como así fue con la pobre Elsie de los Bailarines y su desgraciado esposo.
-Escuche, Watson: creo que podemos considerarlo a usted como hombre de letras. ¿Qué
definición daría usted a la palabra «grotesco»?
-La de cosa rara, fuera de lo normal -apunté yo.
Al oír esta definición movió negativamente la cabeza.
-Seguramente que abarca algo más que eso; algo que lleva dentro de sí una sugerencia de
cosa trágica y terrible.
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