El timador se redime por la mano del Enemigo. Otra vuelta de tuerca al tema de la posesión y el exorcismo. La fe contra la razón de la psicosis. El formato como documental ayuda, pero la catarsis final se queda en guiñol. Un lástima. Porque aclara cómo el verdadero terror, el Enemigo real, anida en comunidades endogámicas, cerradas y sometidas al fanatismo, a la pobreza cultural y al temor a la miseria.
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