Como dicen los Black Keys en su Little Black Submarines, todo el mundo sabe que un corazón roto está ciego. Y ciego y roto está el corazón de Dean. Este capítulo me ha reconciliado con el mayor de los Winchester. Con su empecinamiento, su ceguera y su implacabilidad. He podido sentir de verdad su cansancio, su hartura, su miedo: Su hermano recuperado a medias y ahora caminando por el filo de la locura, su mejor y único amigo Castiel perdido - y él sintiéndose traicionado de la peor manera sin saber las dudas y el dolor que llevaron a Cas a la caída - y finalmente Bobby, que muere manos de las criaturas que áquel sacó de su encierro.... Toda esa terrible carga se representa en sus ojos cuando Krissy le llama para decir que Sam ha desparecido y -al final del episodio- en los intentos vanos de mantener "la sonrisa" como un "profesional" al final de la jordanda, tal como le había aconsejado en su sabiduría infinita el muy trastornado y conspiranoíco Frank Deveraux (gran hallazgo).
Cristo, se te parte el corazón.
A mí también se me ha roto el corazón en este capítulo... la escena final, en la que está sonriendo falsamente.. ay, casi me da la plorera mientras la veía.
ResponderEliminarPero lo de Cass se nota desde el principio, que se siente traicionado y culpable, y lo mata por dentro :(
Yo nunca he estado enfadada con Dean, siempre comprendo todo lo que hace, en realidad.
La verdad es que yo sólo estaba enfadada un poquito poquito.... Pero ese ¿dónde estabas tu? de Castiel...Uf.
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