Esta cruel, hermosa, extraña y terrible historia contada con apenas diálogo y una magnifica dirección en manos de Refn me ha traído a la memoria a Shakespeare, qué maldición para cualquier autor que todo lo haya ya contado él: historias, atmósfera, poesía e imagen.
Julian, el personaje que interpreta Ryan Gosling, inmerso quizás contra su voluntad en este entramado de venganzas cruzadas es un Hamlet/Macbeth reflexivo, torturado, aparentemente remiso, atado a mujeres fuertes que en un contexto en principio civilizado es causa y efecto de nuestros instintos más primarios. Su búsqueda de redención no lo absuelve del castigo, pero sí lavará su culpa si le acompaña la esperanza ¿Es eso lo hay en su mirada cuando entrega sus manos a la espada del policía justiciero?
Sólo Dios perdona, pero también sólo suya es la venganza.
¿Que manos son éstas? Ah, me arrancan los ojos.
¿Me lavará esta sangre de las manos
todo el océano de Neptuno? No, antes estas manos
arrebolarán el mar innumerable,
volviendo rojas sus aguas..-Macbeth
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