Visto el capítulo sexto del temporada onceava, decir que el giro argumental maniqueo ying-yang familiar de estar por casa que va tomando la temporada me ha decepcionado un poco, aunque sea coherente con el espíritu de la serie... Eso no quita que los capítulos que he visto hasta ahora sean de lo mejor de la serie, casi tanto como los de la quinta y desde luego de lejos mejores que los mejores de la décima. No deja de ser el MacGuffin de la temporada, así bien se lo podemos perdonar. Quizás. O quizás no. No se si a los guionistas se les puede acusar de originales o de falta de ambición, o de la dos cosas aunque parezca contradictorio. Igual soy yo la poco original y esperaba una Oscuridad a lo Paraíso Perdido y/o más en relación a la cita del Génesis del título del capítulo segundo:
"Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" Génesis 1,2
De este, me ha encantado el montaje paralelo de las respectivas
escenas de lucha y contención de Sam y Castiel, el chiste/chistes en torno al bromance Dean-Crowley y la escena final de la revelación de Sam sobre la Jaula, con el fondo de Castiel mosqueado frente a Dean mirándole en plan "a mí no me la juegas, que tenemos un profundo vínculo"
Nota: Como curiosidad, el papel pintado y el reloj estrella recurrentes reaparecen durante el interrogatorio de los Winchester al demonio limpiador de las cáscaras que va dejando Amara.
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