
My rating: 5 of 5 stars
Una maravilla, pura literatura. ¿Cómo las tristeza endémica, la pérdida, la añoranza, el vacío de la ausencia y la soledad sobrevenida o buscada se pueden expresar de una forma tan hermosa, precisa e inteligente? Porque la construcción de la historia es perfecta. Con una cadencia maravillosa vamos conociendo a ambos personajes de forma alterna. La autora elije para el Profesor la primera persona, sin embargo, para la protagonista, Ella, que ha sufre afasia recurre a la tercera persona. Y eso es tan inteligente y lo hace tan bien que no se impone como una obviedad. La historia de ambos va fluyendo de forma eficiente pero hermosa hasta su convergencia. Ojalá hubiera podido leerla de un tirón y sin distracciones.

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