De nuevo mi querido Constantine, eres un vencedor llagado huyendo al espantoso encierro de la conciencia, rabia y culpa, todo en uno... Sacúdete el dolor como el perro el agua de un charco, y sanando ese valor kamikaze del hombre libre que los demás nunca seremos, ataca navaja afilada, ingenio del superviviente, alma caída, Constantine, tuya es la revancha.
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