Acabo de terminar el último tomo publicado de Hellblazer. Un John Constantine destrozado por la pérdida de su hermana Cheryl a la que no pudo sacar del infierno- ese lugar que ahora nos confirma el Papa es real, físico, y que está, además, lleno- rememora su primer truco de supervivencia, donde la magia juega un papel, pero no es la que lo salva. Y es curioso, curioso que él, el mago/el comodín, un superviviente nato, no pueda evitar odiarse a sí mismo. Vuelca ese odio en su magia, su adicción según Chas, que no lo quiere ya como amigo, destroza su pasado quemando todo lo que ha reunido a lo largo de su vida, y acaba vengandose en los otros magos que juegan con su poder como niños irresponsables sin ver su alto coste.
Porque todo tiene un precio.
Sólo espero que éste no sea el final.
Como él dice, "podrías suicidarte, pero seguirías siendo tú".
Mike, Mike ¿qué has hecho?
viernes, febrero 08, 2008
Se ruega respuesta.¿¡No puede ser el final de Constantine!?
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