No, las salas de espera no son todas iguales: con o sin revistas, minimales o recargadas de títulos, con música ambiente o mejor no, alborotadas o silenciosas... sin embargo, nosotros, los que esperamos, sí nos parecemos, incluso en la amplia gama expresiva que va desde la resignación al fastidio. ¿Y los que protestan, los desconfiados, los que suspiran, los asustados todos?
Como yo cada tres meses en mi centro de salud y cada seis en Consultas Externas de la Fe.
jueves, mayo 15, 2008
Sala de Espera
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