Fue la primera noticia que oí aquella mañana. Me lo dijo mi madre antes de escucharla por la radio. No podía ser. Habían matado a John Lennon.
Aquel día el instituto iba a asistir a una representación del Laetius dels Joglars, en el ya no existente y añorado Valencia Cinema. Y era extraño, tan extraño, intentar seguir la obra mientras por dentro un eco no dejaba de decir: Han matado a John Lennon, han matado a John Lennon. No teníamos móviles, no había Internet, la prensa del 9 no añadía nada. Asi que era sólo eso: Han matado a John Lennon hasta que por fin pude ver la noticias y lloré. Porque lo habían matado, sí, estaba muerto, y una vigilia de fans lloraba frente al Dakota.
Aún lloro, ya veis.
Aquel día el instituto iba a asistir a una representación del Laetius dels Joglars, en el ya no existente y añorado Valencia Cinema. Y era extraño, tan extraño, intentar seguir la obra mientras por dentro un eco no dejaba de decir: Han matado a John Lennon, han matado a John Lennon. No teníamos móviles, no había Internet, la prensa del 9 no añadía nada. Asi que era sólo eso: Han matado a John Lennon hasta que por fin pude ver la noticias y lloré. Porque lo habían matado, sí, estaba muerto, y una vigilia de fans lloraba frente al Dakota.
Aún lloro, ya veis.
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