sábado, abril 25, 2009

Turbiedad

Se acaba una semana extraña, se diría un paréntesis si no se pareciera a tantas otras vividas tantas veces. Y sigue siendo extraña. Como cuando te miras fijamente al espejo. Eres tu y no lo eres. Temo, pienso: me estoy volviendo cínica. Una quiere imaginarse clara y luminosa como cristal de roca, pero al final es iridiscente y turbia como la madreperla.
Consuela un poco que ésta última provenga directamente de la vida. ¿O no?

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