El ex-vicepresidente de los USA, Dick Chaney ordenó a la CIA no informar al Congreso de un plan antiterrorista con licencia para matar. Y no es que la "posible" participación en asesinatos, conspiraciones y otros actos delictivos por parte de la CIA pueda ser una novedad. Es que no se informó a los Comités de Inteligencia del Congreso. Por seguridad y para evitar filtraciones, según los implicados. O mejor, -quisiera pensar yo-, quizás para impedir que algún miembro con conciencia se opusiera a semejante abuso de poder. En realidad, lo que molesta es esa no información. ¿Acaso el comité no funciona por iniciativa propia? De hecho, si el actual director de la Agencia no llega anunciar la suspensión de este programa ante una de las sesiones de control de dicho comité, ésto no se hubiera sabido nunca. Llevarse las manos a la cabeza porque se pudo matar sin el visto bueno del Congreso es pura hipocresía puritana ante los problemas constituciones que se pueden presentar ahora. ¿Cuantos programas ignora aún el Congreso norteamericano? ¿Y de cuántos está enterado?
Y todo en nombre de la Democracia.
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