Ni Mattia ni Alice son la únicas criaturas solas en esta novela. Pero si ambos son especiales o raros y están solos lo es por su trastorno. Seguramente hubieran brillado con luz propia por su inteligencia y encanto. Pero no brillan en absoluto. Son opacos. Especialmente Mattia. A Alice la salva su rabia, pero Mattia esta aplastado por la culpa. Ambos sufrieron una experiencia determinante y traumática en la infancia que obró de detonante. La Autolesión o/ y la Anorexia son trastornos asociados nomalmente al grupo de los obsesivos compulsivos relacionados a su vez con ese algo inasible pero insoportable que es la angustia. El mundo no es un lugar seguro, uno mismo no es fiable, aunque sí casi la única variable fija. Te levantas y te acuestas, dormida o despierta, sigues siendo tu. No quiero contar mucho más de la historia. Bien escrita, por fortuna sin redentores ni sentimentalismos pero capaz de trasmitir, sin embargo, el dolor y bloqueo de estas dos personas, que al final parecen reconciliarse consigo mismas a través del otro.
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