Como con el Apartamento de Wilder, siempre lo pasé mal con "Plácido". Puedo reírme de sus situaciones cómicas, admirar la crítica y su ingenio, el ritmo, la maestría del montaje. Lo que no puedo es evitar identificarme con sus protagonistas. Y lo mismo con "Bienvenido Mr.Marshall", "Los jueves, milagro" o "Calabuch"... Pero también disfruto de ellas, y simpatizo incluso con el más mezquino de los personajes, porque en el fondo, intuyo que para Berlanga lo verdaderamente interesante era lo humano. Sin ser complaciente, siempre he visto en su pelis ternura, comprensión y simpatía por la gente. Detalles como el sueño del alcalde del Villa del Río, convertido en pistolero en una peli de vaqueros hablando inglés tal y como lo entendía... Es divertido, auténtico, inteligente, tierno...
En el maratón que hicimos en casa el fin de semana, herberwest y yo concluíamos lo mismo: de pequeños nos reíamos mucho; de mayores nos gusta cada vez más, pero nos reímos cada vez menos. Son historias trágicas.
ResponderEliminar