Esta novela gráfica es el breve retorno de Delano a Hellblazer. El haberlo leído casi al mismo tiempo que el No Future de Milligan -último guionista de la serie-, dado su contenido, no parece casualidad. Y no lo es. El inconformista Constantine no podía resignarse a esta cárcel de cámaras de seguridad, comunicaciones pinchadas, satélites y poderes en la sombra. Todo en nombre de la democracia y la lucha contra el terrorismo. La historia está bien. Los diálogos de Delano siempre me han gustado, son rápidos y mordaces, pero su prosopopeya narrativa me agobia. Y eso que se ha moderado. Además, ¿Carey no había más o menos finiquitado a Nergal en "La Tierra a donde van los muertos"? ¿No es por su culpa que la hermana de John está en el infierno? ¿Por qué nadie se acuerda de ella? Bien, supongo que para Delano está claro a quién pertenece el destino de Nergal en cuanto a personaje. Y un demonio es más que reciclable.
Si Jenkings salvó a Astra, espero que alguien lo haga con Cheryl.
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