La Libertad del hombre -incluso para la maldad más absoluta-, el libre albedrío, es el tema principal sobre el que Anthony Burguess quería reflexionar en la La Naranja Mecánica. Con la excusa de defendernos o defenderse, la sociedad nunca debe privarnos de nuestro derecho a elegir. Esa era la tesis de la Naranja Mecánica. Y sigue estando de plena actualidad. Otra cosa es que tuviera éxito en la transmisión de ese mensaje que ha sido tergiversado a favor de la violencia extrema y sin sentido demasiadas veces. De hecho Burguess llegó a distanciarse de su novela. Aunque yo nunca la entendí así. Tampoco en su adaptación al cine por Kubrick. Alex es un psícopata críminal, un ser egoísta y mezquino. También es víctima de una sociedad dispuesta a todo en nombre del interés general. Pero lo que no es en ningún caso es un héroe. Sin embargo el personaje está tan bien construido por el autor y más tarde fue tan espléndidamente interpretado por Malcolm McDowell que se ha convertido en auténtico icono pop sobre la libertad.
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