Viento de marzo, fallas, ruido y color. Sin embargo mi idea es buscar refugio en la esquina de mis sofá, lejos de la puerta y más allá de ventanas que asoman a calles bulliciosas saturadas de olor a pólvora y fritanga. Bajo la manta, en mi rincón del sofá, hay otra ventana, reflejo de una vida sin vida que puedo controlar.
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