Eugene -Bucky- Cantor, ese "uno de los nuestros" de los que hablaba el Marlowe de Conrad, un buen chico, responsable, disciplinado, el compañero digno de confianza con el iríamos a cualquier parte, encontró su Némesis en la epidemia de polio del 44. No estuvo a la altura de sus propias expectativas y lleno de la soberbia de la culpa se dejó arruinar doblemente por la terrible enfermedad.
Grande Roth, que trata con maestría el dilema al que se enfrenta un hombre cuando el asumir lo que es su responsabilidad puede suponer además sufrir el peor de sus terrores. Cuando no supera la prueba, el protagonista no es capaz de perdonarse: confunde culpa con orgullo y el retraerse a la madriguera de su vergüenza con la generosidad ante los que cree haber defraudado. Ni siquiera es una penitencia, pues Eugene no busca redención ni cree en ella. Y to esto Roth lo relata sin juzgar, comprendiendo la complejidad de nuestra naturaleza y su vulnerabilidad.
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