QUEREAS. Entonces eliges darle la razón.
ESCIPIÓN (con un grito). ¡Oh, por favor, Quereas, para mí ya nadie tendrá nunca razón! Pausa; se miran.
QUEREAS (emocionado, acercándose a Escipión). ¿Sabes que lo odio aún más por lo que ha hecho de ti?
ESCIPIÓN. Sí, me enseñó a exigirlo todo
QUEREAS. No, Escipión, te ha desesperado. Y desesperar a un alma joven es un crimen que supera todos los que ha cometido hasta ahora. Te aseguro que bastaría para que yo lo matara con furor.
Calígula, Albert Camús.
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