My rating: 4 of 5 stars
Para ser sincera, me costó un poco entrar en la ironía y el objeto de la ingeniosa crítica que es el tema de este artículo. Culpar a la fatuidad femenina de la falta de respeto hacia la literatura hecha por mujeres me parecía evadir el origen mismo de la necesidad de la distinción de género. A medida que avancé en la lectura empecé a comprender que las razones de este ataque está justamente en lo perjudicial que resulta la ausencia de modestia y verdadera inteligencia de estas mujeres para la causa de la igualdad, en la literatura o en cualquier otro campo. Lo increíble es que este género de novelas sigue sano y bien, y eso nos debería hacer reflexionar por qué.
Acabo citando a la autora:
Un buen número de grandes escritoras, tanto vivas como fallecidas, acude a nuestra memoria como prueba de que las mujeres pueden darnos novelas no solo buenas, sino entre las mejores del mundo; novelas, además, con un valioso carácter propio, cuyas cualidades y vivencias son distintas de las que aparecen en las novelas escritas por hombres. Al no haber restricciones educativas que impidan a las mujeres acceder a los instrumentos de la ficción, no existe ninguna clase de arte tan libre de requisitos que lo constriñan. Cual si de una masa cristalina se tratara, este arte puede adoptar cualquier forma y seguir siendo hermoso. Solo hay que llenarlo con los elementos adecuados: la observación genuina, el humor y la pasión. Esta ausencia de requisitos rígidos es, sin embargo, lo que constituye la fatídica atracción de la escritura para las mujeres incompetentes.View all my reviews
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