Esta pequeña ciudad del estado alemán de Baden-Württemberg ya no será nunca esa deliciosa ciudad de postal, como no lo son ya Columbine o Jokela, ni Samson en Alabama (horrible coincidencia, hoy, con tan triste recuerdo en Madrid)-. Pequeñas, encantadoras, simpáticas ciudades donde se desencadena el horror en manos de alguno de sus vecinos, casi siempre muy joven, que, súbitamente al parecer, aunque normalmente llevan tiempo planificandolo, se despiden del mundo matando.
Hay perfiles, hay preguntas, no hay explicación. Aunque algunos simplistas lo tienen claro:
Hay perfiles, hay preguntas, no hay explicación. Aunque algunos simplistas lo tienen claro:
En ambos casos-(se refiere a Finlandia), como asimismo en el de Erfurt, se trataba de aficionados a vídeos de juegos violentos.Levante,11/3/09
Señor articulista, no.
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