El descenso en el número de fallecidos el jueves ha sido un espejismo. Ya nos habían advertido que este virus es mentiroso. La curva sigue ascendiendo desgraciadamente, aunque también las altas. Parece que en algunas comunidades autónomas sin embargo la el pico sí parece haber sido alcanzado y empieza a descender...
Mientras tanto, la posibilidad del teletrabajo para nosotros durante esta crisis está más cercana, pero no todavía. Se hará de forma escalonada. Y con medios propios en cuanto al hardware y la conexión, lo cual más que alivio me produce tristeza, desánimo... No son así como debían ser las cosas, pero peor están los profesionales sanitarios, así que prefiero callas. Y ayer, en plena catástrofe está noticia: Bod Dylan publica su primera canción original desde el 2012, canción dedicada al asesinato de Kennedy.
Lo que parece absurdamente apropiado cuando la manifiesta irresponsabilidad y egoísmo de Trump y la insolidaridad de Holanda y Alemania hacia los países del sur de la E.U. claman al cielo. Desde aquí mi aplauso al primer ministro de Portugal Antonio Costa. Bravo. Por defendernos y por llamar las cosas por su nombre.
La comparecencia de hoy de nuestro Presidente ha empezado precisamente con un reproche a esa falta de unidad y lentitud de Europa, enfatizando la necesidad de la unidad, recordando a estos egoístas el apoyo de España al proyecto europeo. Y nos recuerda que estamos enfrentándonos a los peores días. Pero eso ya lo sabemos.
La bomba ha sido que todos los trabajadores no esenciales deben quedarse confinados hasta el 9 de abril, con un permiso retribuido con horas a recuperar...
¿Es mi servicio esencial? ¿Quién determina esto? Es inevitable sentirse egoísta y culpable.