Asustan las cifras de infectados, aterran las cifras de fallecidos, pero empieza a infiltrarse el miedo al día después. Cuando el pico descienda, y nos enfrentemos a las ausencias y a la caída de la economía y a la estampida de buitres que ya está rondando... Mientras tanto, y por supuesto, volveremos a salir esta noche a las ocho a aplaudir al personal sanitario, farmacéuticos y farmacéuticas, a las fuerzas armadas y policía, a los reponedores, cajeros y cajeras, agricultores, camioneros, repartidores, equipos municipales de limpieza... y a los olvidados teleoperadores. Ese aplauso calienta el corazón y apaga el miedo. Mañana, con los cascos puestos, seguiré trabajando porque es lo que hay que hacer.
Hoy Xoan Viqueira dedica su ilustración a los teleoperadores y todos los que están tras el teléfono— Dave Aiman (@DaveAiman) March 20, 2020
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