miércoles, diciembre 16, 2009

El último manuscrito de Tomás Moro y el confesor del emperador



¿Es este el título para una posible novela histórica de misterio a la que me estoy dedicando aprovechando la moda Tudor y el tirón querellante del centro jurídico que ha tomado el nombre del famoso humanista? Podría ser, aunque en realidad mi renovado interés por Tomás Moro vino a raíz de la reprogramación en un canal de cine clásico de "Un hombre para la eternidad", de Fred Zimmerman, basada en la obra de teatro de Robert Bolt. Siempre me ha gustado esta película y siempre he admirado a Tomás Moro, que sin vocación alguna de héroe o mártir supo ser consecuente con sus creencias hasta el final. Me molesta que un hombre que basó en el silencio y la discreción, en la humildad y la inteligencia, la defensa de su ideas intentando equilibrios legales para no traicionar ni a su rey ni a su fe sea utilizado de manera tan vocinglera.
Recordé que en el Museo del Real Colegio Corpus Christi del Patriarca se conserva uno de sus manuscritos (De Tristia Christi), pero no tenía ni idea de la forma exacta en la que llegó hasta Valencia.
Tomás Moro escribió "La Angustia de Cristo frente a la muerte" mientras estuvo prisionero en la Torre y aun se le permitía tener sus libros, estudiar y escribir. Su hija lo salvó, y su caja de carey llegó a manos del confesor del emperador Carlos V, el hermano dominico Pedro de Soto.
Continuará...

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