viernes, noviembre 09, 2012

F es por Fan (2) y Serendipias (5). Maldiciones.

Y ayer, justo después de acabar la entrada en la que hablaba básicamente de amor, decidí abrir el blog de Manhattan Comics para ponerme al día y allí estaba la noticia que en la que Roberto Cruz comentaba la decisión de Vértigo de cancelar su cabecera más longeva y prestigiosa: Hellblazer. Simplemente, no lo podía creer. Se me encogió el estómago, se me partió el corazón. A los fans, tras la recuperación por DC Comics de los personajes que había "cedido" en su momento a su subsello Vértigo, se nos aseguró que Hellblazer permanecería. Peter Milligan ha estado haciendo un excelente trabajo. Pero ya no pasará del número 300. Pobre John, él querido John, que se hecho viejo y no ya no tiene cabida en el universo de caritas aniñadas de los eternamente jóvenes, esbeltos y sin tara. Que no nos preocupemos dicen. Se crea una nueva cabecera: Constantine. ¿El Protagonista?: este tipo rejuvenecido que va saltando desde la Liga Justicia Oscura de vuelta a la Cosa del Pantano pasando por Animal Man e interactuando con Superman como si tal cosa. Aunque eso ya me iba bien. Más Constantine para esta fan veterana. ¿Por qué no? Pero cuando el guionista de esta reinventada cabecera, Robert Vendetti, suelta tontadas reduccionistas sobre el querido John tales como "seguirá siendo un bebedor y un fumador empedernido además de un estafador" o "conozco la historia del -OJO- anterior personaje pero no puedo obsesionarme en competir con ella", a esta fan, tan machuchita casi como el propio John de Alan Moore, se le congela el alma y tiene ganas, muchas ganas, de enseñarle el dedo a los directivos de la Editorial.
Bendito Neil Gaiman, que cuando llegó a Vértigo, pudo imponer cierto control creativo sobre Sandman y sus personajes. Alan Moore no pudo o no quiso, no se, así que es posible que ahora nos tengamos que enfrentar a una caricatura, a un fake, a la conversión en comodín de un personaje increíblemente rico en matices, que ha costado muchos años construir; un tipo terriblemente humano, todo un carácter al que cada guionista ha aportado algo nuevo, una nueva sutileza, un nuevo motivo para ser amado y odiado y perdonado. Gracias a los previews de Manhattan Comics -lo cual esta muy bien, la espera sería mucho peor-, estoy a dos episodios de decirle adiós a uno de mis personajes más amados. 

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