Taller de Defensa Personal (3): Empieza la acción

Hoy, sin dejar de hacer hincapié en la importancia de la defensa -hay que tener presente que hacemos frente a un agresor a agresora que generalmente será fuerte y más seguro/a- que nosotras, hemos empezado ya no sólo a defender y parar sino a aprender a parar, devolver y rechazar. Golpes directos, con los puños. Y si todas las clases han sido interesantes, desde luego ésta ha sido la que más he disfrutado, la que se me ha hecho más corta y de la que he salido más cansada. Y feliz. Supongo que todo está en nuestra naturaleza. El papel de víctima no seduce. Convertir a tu atacante en un maniquí desmadejado, sí.