¡Viva Zúrich!

Se podrá criticar a los suizos por muchas razones, pero con asuntos como el de esta entrada me reconcilio con el país y sus ciudadanos, aunque sea por un motivo quizás vanal, e incluso, pequeño-burgués a los ojos de aquellos que ya no son, pero protagonizan la noticia. Pero eso es otra historia, y lo mio, en cualquier caso, es puro frikismo.

El Cabaret Voltaire, cuna histórica del movimiento dadaísta, no deberá cerrar sus puertas. Ése es el veredicto surgido de las urnas tras el referéndum que tuvo lugar el pasado domingo en Zúrich. La derecha suiza, liderada por el partido SVP-UDC, había propuesto que se recortasen las ayudas públicas a este centro cultural -unos 300.000 euros anuales, equivalentes al 60% de su presupuesto anual-, sin las cuales se vería abocado al cierre. El intento de poner fin a las actividades del Cabaret Voltaire ha sido impedido por los votantes, que decidieron, por una mayoría del 65,1%, seguir subvencionando al mítico espacio cuatro años más.(El País, 30/09/08)

Künslerkneipe Voltaire. El Cabarel Voltaire crado por Hugo Ball en Zurich en 1916 y en el que encontraron refugio, como niños asustados y enrrabietados, aquellos artistas que no querían tener nada que ver con el horror y el absurdo de lo que seria La Gran Guerra, y allí supieron dar salida con nuevas, estupidas, locas, gamberras, escandalosas, inteligentes y cínicas formas todo su desprecio y fustración. Eclosinó Dadá. A los cuatro meses, lo cerraron.

Muchos años despues, en el 2004, en el espacio original se creó un centro animado con el mismo espíritu. Y ante sus problemas financieros, los mismos ciudadanos de Zúrich que lo cerraron a principios el siglo pasado han votado para mantenerlo con parte de sus impuestos cuatro años más.
¡Qué viva Zurich!