Ya hemos llegado en la parte plana de la curva de contagiados y la esperanza es que baje pronto. Aún así, el confinamiento y el estado de alarma se prorrogan hasta el 26 de abril. No es una noticia que no se esperara, pero hoy se lleva peor porque por fin las lluvias parecen haberse rendido y mientras iba al supermercado esta mañana era una delicia estar al sol. Es esa luz tan nuestra, que resalta los colores, viste lo feo y parece que se apodera del aire y te da la vida en cada inspiración. Al volver he visto gorriones. Gorriones gorditos preciosos picoteando frente a la frutería de los pakistaníes. Si han desaparecido las palomas impertinentes, y han vuelto los gorriones quizás... de esta pandemia maldita pueda salir algo bueno. Es como si el Planeta hubiera sacado sus defensas contra su peor virus, nosotros.
Al mediodía, la ropa de cama tendida en el balcón olía a limpio y a sol y era acogedor leer apoyada en la barandilla.
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